Celebramos la memoria de nuestras primeras hermanas que, cimentadas en la Palabra fueron capaces de esperar la hora propicia para iniciar la acción pastoral y, mientras esperaban, estuvieron con los ojos bien abiertos para "arremangarse y ayudar "
Escribe la Hna. Emilia Borgna:" Dada la estrechez y demás particularidades
del local, no era posible pensar en abrir un colegio aún de externas solamente,
y menos era posible adquirir por entonces un local mejor para poder hacer el bien
que deseábamos con las niñas, y por cuyo fin habíamos venido, dejando a
nuestras amadas Superioras y a la querida casa de Mornés, nuestra patria, etc.
"La buena Madre Martini creyó bien entonces que imitáramos a mamá Margarita y
demás piadosas señoras; quienes en los inicios del oratorio ayudaban a Don Bosco y
que nos ocuparamos de la ropa de los pobres niños y de los salesianos"
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