A las 8,30
del jueves 19, la oración matinal nos
adentra en los primeros pasos dados por nuestras hermanas en la ribera sur del
río Negro, Viedma -capital de la provincia del Río Negro- casa que se inauguró
el 1° de junio de 1884, fiesta de Pentecostés. La lancha Chipolita II nos
transportó hasta el lugar. Ya en la Casa María Auxiliadora fuimos recibidas por
los alumnos, personal docente y las hermanas. De los alumnos nos impactó la
fresca alegría de los niños, sin duda
fruto de la siembra que en ellos
docentes y religiosas desgranan día a día.
Antes del
almuerzo, compartido con las hermanas mayores de la comunidad, dedicamos un
tiempo a la lectura de la biografía de hermana Juana Borgna y a una carta
que ella escribiera a Don Miguel Rúa, narrando perfiles de la misión.
Por la tarde
visitamos el cementerio, lugar donde tuvimos un momento de oración. Un panel
con el nombre de las hermanas cuyos restos descansan allí reza “Aquí descansan bajo su materna mirada - la
Auxiliadora- un gran número de Hijas de María Auxiliadora que dieron
heroicamente lo mejor de sus vidas en estas tierras patagónicas en bien de la
juventud y de los más necesitados.” Un momento de oración invitó a traer a
la memoria nombres de hermanas, que sumamos al sufragio común.
Luego, recorrimos
la Manzana Histórica de Viedma. En la Catedral, visitamos el lugar que guarda
los restos de monseñor Juan Cagliero -nave central del templo; en la misma
manzana visitamos lo que fuera lugar de residencia de las hermanas, casa que
abandonaron con motivo de la inundación que produjo el río Negro -hoy ruinas-;
luego, la escuela salesiana que frecuentó Ceferino Namuncurá, hoy biblioteca, en
una placa, junto a lo que fuera capilla se lee “Esta capilla fue testigo de los fervores eucarísticos de Ceferino
Namuncurá”.
La jornada
se cerró con la Eucaristía en la Parroquia de Carmen de Patagones.
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