La
oración de este día se realiza con las niñas quienes han preparado en forma
delicada y artística este momento de oración rememorando en forma artística las
cinco primaras hermas que regalaron su vida a las niñas del ayer y que su
fuerza carismática se siente presente hoy. La mañana la dedicamos a leer las biografías de Sor
Ángela Vallese, sor Luisa Ruffino, Sor Luisa Nicola y Sor Arcángel Marmo,
compartimos impresiones sobre su santidad. La visita a la sala de la memoria
llenó de admiración a las participantes, por la seriedad histórica y por la
forma de presentación. Obras de toda la inspectoría Magallánica y personas que
regalaron su vida para humanizar, dignificar, y anunciar el Reino de la Gracia.
Al final de la mañana se comparten en grupo
las impresiones y constataciones de
una santidad y audacia a toda prueba. Por la tarde visitamos detenidamente la
capilla del María Auxiliadora, última obra donde Madre Vallese presenció la primara piedra, seguidamente
visitamos detenidamente lo que fue la sede de la inspectoría San Miguel Arcángel viendo las evidencias de la historia
de este momento. Las participantes expresan su admiración por la buena
distribución de los espacios y la
cantidad de material que refleja la espiritualidad de aquel momento. Un día muy
intenso y hermoso que ayudó a palpar la vida y pujanza de nuestras hermanas en
el camino de la santidad.
El
día viernes madrugamos para viajar a la isla Dawson. A las siete de la mañana
estábamos en el puerto para zarpar a las
ocho rumbo a la isla. La acogida
y preocupación por nuestra seguridad y bienestar ha estado presente en este viaje
como en los anteriores el clima y el mar se portaron como en todo este tiempo
en forma elegante, un viaje en el que pensamos en madre Vallese que en un débil
embarcación les hacia permanecer en el Estrecho durante mucho tiempo a merced
de las olas.
A las once de la mañana estábamos
desembarcando en la isla. Nos recibieron como siempre disponibles y
preocupados por nuestro bienestar. Un bus a nuestra disposición nos hizo dar
una vuelta por la isla, visitamos el colegio con los niños y el cementerio
donde descansaron los restos de Sor Virginia de Florio. A las 12:30 celebramos
la Eucaristía en la capilla presidia por el Padre Félix Lavín sacerdote
salesiano, y, acompañadas de las
autoridades de la isla y familias junto con los niños. Nos acompañaron al
comedor donde fuimos obsequiadas con el almuerzo ofrecido por el Comandante y su equipo.
De
regreso a Punta Arenas queda en nuestro corazón la impresión de que el Señor
nos cuida mucho y suscita siempre personas que nos acogen y ayudan, más bien
acogen lo que representamos para ellos.
Luego
del viaje nos dedicamos este sábado para acercarnos a la santidad de las hermanas que allá regalaron su vida
especialmente Sor Virginia de Florio y
Sor Luisa Ruffino y Sor Filomena
Michetti. La lectura de las biografías y
el compartir en grupo las resonancias llenaron de admiración a las participantes
de este grupo abiertas y sensibles ante tanta santidad.
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Por
la tarde, visitamos el mausoleo donde descansan los restos de nuestras
hermanas, cuyos nombres como el de Sor Luisa Ruffino hacen presente la primera
hora. En una sencilla celebración renovamos nuestros votos y posteriormente con
un guía recorrimos algunos lugares de este interesante cementerio.
Posteriormente nos dirigimos al santuario María Auxiliadora donde su párroco
padre Mauricio Jacques hizo una magistral presentación acompañándonos por los lugares interesantes del santuario
así como pudimos ver las calderas de la calefacción que su arquitecto Padre
Bernabé puso al construir el templo todo de ladrillo y cemento según la
modalidad de de construcción de la época. Le Eucaristía celebrada con por el
Padre Félix Lavín culminó este hermoso día sábado.
El Domingo hemos disfrutado en el museo
Borgatello con la acogida y exposición siempre creativa de su director el señor
Salvatore Cirillo quien presentó las
evidencias del carisma salesiano especialmente en el cuidado de los indígenas
en la isla Dawson. Admirable reconocer la pedagogía de los hermanos y hermanas
en la dignificación y evangelización de los indígenas, como formaron la banda
musical con aquellos niños y como supieron ayudarles a desarrollar sus
dones musicales. La profesora Nelia Fonseca que investigó sobre este tema
expuso con propiedad admirable esta realidad regalando su libro a las participantes, así mismo fuimos
obsequiadas con la vida de Laura Vicuña y Ceferino escrita por el Padre
Agostini y un opúsculo que recreaba la experiencia misionera ordenada por Monseñor Fagnano
titulada Cuarenta y cinco días orillas del río Azopardo interesantes datos de la vida misionera de la primera
hora.
Don Bosco soñó sobre las riquezas de esta
tierra, envió los mejores de sus hijos para esta gesta de evangelización. El
cielo ha sido testigo de tanta radicalidad y entrega. Los documentos que
evidencian esta realidad nos demuestran que esta entrega tenía como fin e
interés salvar esta etnia de su
desaparición, ocasionada por las enfermedades y la falta de conciencia de
estancieros y aventureros. La Eucaristía
dominical celebrada en la catedral cierra este hermoso día.
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